Lalla, poetisa y yoguini shivaíta

Lalla, Lal Ded, Lalleshwari, Lalita. Estos son algunos de los nombres con los que se conoció a la protagonista de este relato.

Nos encontramos en el primer periodo del siglo XIV d.C. en el valle de Cachemira. En la actualidad sabemos que es una zona marcada por el conflicto entre tres bandos: India, Pakistán y el propio nacionalismo cachemir. Sin embargo, posiblemente pocos conozcan que la época de Lalla también fue un momento turbulento. El contexto de nuestra historia se enmarca en un momento de cambio, de transición, entre el último reinado hindú de Cachemira y la primera dinastía islámica. Un periodo en el que en la región podías encontrar tanto devotos de distintas religiones (budistas, sufíes o shivaítas tántricos entre otros) como intelectuales hablando de literatura, astronomía, matemáticas o medicina. Por lo tanto, nos ubicamos en un entorno con un gran desarrollo religioso y cultural, promovido obviamente por hombres.

Lalla fue casada con 12 años con un marido que la maltrataba a su conveniencia y una suegra que hacía otro tanto de lo mismo. Realmente, nada distinto a muchas otras mujeres de la época e incluso de la actualidad. Poco se sabe de sus inicios porque la mayoría de las historias no son más que hipótesis e incluso están más cercanas de ser fábulas.

Una historia la relata Mónica Pineda en un artículo escrito para la revista Yoga Jwala:

“Solía ir a meditar muy temprano a lugares tranquilos y alejados de la casa, por lo que su suegra la empezó a acusar de infidelidad. Un día, cuando Lalla volvía de buscar agua del río, su marido furioso por las acusaciones que se vertían sobre ella, golpeó la vasija rompiéndola en pedazos. Ante la sorpresa de todos, el agua seguía intacta sobre su cabeza y pudo llenar las jarras de la cocina para beber. Cuando terminó y tiró el agua que sobraba fuera, todo el agua se juntó y formó la charca que aún se conoce como Lalla Trag, el estanque de Lalla. Después de esto, la popularidad de Lalla creció. A los 24 años, después de que Shiva se le apareciese huyó de la casa para unirse con él y buscar el verdadero conocimiento.”

Otra anécdota que he encontrado está publicada en el blog Poetas Siglo XXI:

“Una mañana ella vagaba cantando por la campiña y un grupo de chicos empezó a hacerle burla. Un vendedor de telas salió en su defensa. Ella le compró de inmediato dos bultos de tela del mismo peso y siguió su camino. Mientras andaba, se puso uno de los bultos en un hombro y el otro en el restante. Cada vez que alguien se burlaba o la insultaba, hacía un nudo en las telas de su hombro derecho y cada vez que alguien la elogiaba, hacía un nudo en las telas del hombro izquierdo.

Al final del día, buscó al mercader y le pidió que volviese a pesar ambos bultos. Le agradeció su más temprana intervención, pero también le señaló que como él podía ver por sí mismo, nada había cambiado: tanto los halagos como los insultos recibidos eran del mismo peso, y ella los aceptaba a los dos con la misma ecuanimidad.”

En lo que parece que sí hay consenso es en que nació dentro de una familia brahmánica donde recibió una intensa formación religiosa que marcó las bases de su vida devocional. Tras su casamiento, estuvo bajo la tutela de su maestro shivaíta pero finalmente también lo abandonó y se convirtió en una asceta errante. En sus poemas se aprecia esa lucha contra las normas sociales impuestas, así como las dificultas encontradas en su camino hacia la emancipación espiritual.

Su poesía se considera poesía devocional. Sus poemas expresan con palabras simples lo que sentía; sin embargo, su intención en ningún momento fue predicar. Nos muestran su evolución espiritual pero también nos dejan ver las dificultadas que se encontró en el camino. Todo lo transmitió oralmente, cantando en la lengua tradicional de la región, y llegó al corazón tanto de hindúes como sufíes. En sus palabras hay devoción, realidad, sufrimiento, compromiso, liberación.

Como argumenta Raquel Fernández en su ensayo La presencia mística de Lalla: poeta y yoguini shivaíta del siglo XIV d.C., sus poemas “nos muestran la lucha de una mujer comprometida con la liberación espiritual, en el contexto de una sociedad patriarcal y de una tradición ascética mayoritariamente masculina”. Y concluye diciendo “su poesía supone un fondo de sabiduría cercana y accesible a la experiencia de cualquier buscador espiritual, sin importar su nacionalidad, tradición, raza o género. Las palabras de Lalla dan testimonio de un alma luchadora en su camino a la madurez espiritual, son la huella de una mujer comprometida a concluir el camino de liberación que ha comenzado”.

Si queréis leer más acerca de esta gran persona os recomiendo la edición de Penguin Classics: I, Lalla. The Poems of Lal Ded. Asimismo, hay un libro en español llamado Palabras de Lal Ded, de Maina Kataki, el cual tenemos en la Biblioteca Mushin.

Aquí os añado algunos de los poemas traducidos:

Usa las ropas necesarias para no tener frío.
Come sólo lo suficiente para amortiguar el hambre.
En cuanto a tu mente, déjala trabajar
para reconocer quién eres, y el Absoluto, y que
este cuerpo se convertirá en alimento de los cuervos del bosque.

Aprender las escrituras es fácil,
vivirlas, difícil.

La búsqueda de lo Real
no es un tema simple.
En lo profundo de mi búsqueda,
las últimas palabras se disiparon.
Gozoso y callado,
el despertar que me encontró entonces.

No creí en ella ni un momento
pero bebí de un trago el vino de mi propia voz.
Y entonces luché con la oscuridad en mi interior,
la derribé, le clavé mis garras, la hice trizas.

La cadena de la vergüenza se romperá
si te armas de valor contra burlas y maldiciones
la ropa de la vergüenza se quemará
si dominas al caballo de tu mente

Lo que los libros me enseñaron lo he practicado
Lo que no me enseñaron, me lo he enseñado a mí misma
Fui al bosque y luché con el león
No he llegado tan lejos enseñando una cosa y haciendo otra

*La información contenida en este artículo está sacada de distintas fuentes:
Libro de Penguin Classics: I, Lalla. The Poems of Lal Ded
Artículo de Raquel Fernández: La presencia mística de Lalla: poeta y yoguini shivaíta del siglo XIV d.C.
Blog Poetas Siglo XXI

Muchas gracias a todos ellos por compartir sus conocimientos.

Información sobre nuevas inscripciones Curso 2022/23

Os confirmamos que ya contamos con el horario de las clases de yoga para el curso 2022/23, que dará comienzo en el mes de septiembre. Como otros años, podrás realizar la reserva de tus clases a partir del 15 de junio.

A continuación, te detallamos el horario y el acceso a la página donde podrás encontrar toda la información sobre el horario, precios y niveles.

Si tienes cualquier consulta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

¿Cómo será mi clase de yoga prenatal?

El embarazo es una etapa asombrosa llena de cambios constantes. Durante las aproximadamente 40 semanas que dura el embarazo, ya que hay bebés que deciden nacer antes y otros después, la mujer va a ver cómo su cuerpo evoluciona y se transforma, no sólo a nivel físico, sino también a nivel mental y emocional. A lo largo de estas semanas se agudiza la intuición y estamos más atentas a nuestras sensaciones. Si estás embarazada, la práctica de yoga prenatal te puede ayudar a ser más consciente de estos cambios y a preparar el cuerpo durante el embarazo y el parto. Con este artículo, queremos hacerte llegar más información sobre cómo será tu clase de yoga prenatal en Centro Mushin.

En la Escuela de Yoga Mushin estructuramos las clases de yoga prenatal de forma que al inicio de las sesiones hacemos una primera toma de contacto con el momento presente y con cómo nos encontramos. Después despertamos el cuerpo con estiramientos suaves y movimientos fluidos que lo van a preparar para las diferentes posturas (siempre adaptadas al embarazo y que persiguen un objetivo claro: alargar la espalda, fortalecer las piernas, etc.). Hacia el final de la clase se preparan posturas más restauradoras, que nos llevarán progresivamente a la calma y a la relajación final.

El movimiento, por tanto, es uno de los grandes protagonistas de la clase y va a proporcionarnos hidratación articular y fortaleza muscular, con posturas fluidas, respetuosas y amables con el cuerpo. En definitiva, se trata de lograr movernos de un modo consciente y desde una base sólida que nos proporcione la estabilidad que necesitamos, facilitando que la columna se alargue, creando espacios para el bebé y dejando que el vientre “flote” y se relaje.

La respiración adquiere una importancia máxima en la clase, ya que sin alterarla ni modificarla, dejaremos que salga de manera natural. La respiración y el movimiento se acompañan para crear un estado corporal de libertad, en el que notaremos cómo cada vez es más fácil movernos y cómo eso nos lleva al momento presente. Cuando la respiración fluye en libertad, el cuerpo también se mueve en libertad.

Además de asana, movimiento y respiración, la clase de yoga es un momento de conexión con una misma y con el bebé, conexión en cada trabajo de asana y en cada momento de relajación. El embarazo está repleto de emociones (alegría, miedo, sorpresa, nerviosismo, etc.) y es en esos momentos de intimidad con una misma, en los que puedes acercarte más a esas emociones, a entenderlas y a aceptarlas como parte del proceso. El instinto para maternar está ahí, en cada célula de nuestro cuerpo, todas lo poseemos de manera natural y sólo hay que dejar que salga y vivirlo.

Pero si hay algo que, en lo personal, valoro más de estas clases es, sin duda, el contacto con otras mujeres que están en tu mismo momento, sintiendo cosas similares y experimentando multitud de sensaciones, a las que a veces ni se les puede poner nombre. Ese primer contacto, puede ser el comienzo de una red de mujeres, que puede extenderse al postparto y a la crianza.

Las clases de yoga prenatal serán un espacio para compartir, aprender y disfrutar.

Tanto si has practicado yoga, como si no, las clases específicas de yoga prenatal o yoga para el embarazo pueden resultarte muy útiles para llevar un embarazo más saludable y sentirte más autónoma en el momento del parto. 

Firmado: Ángeles Bravo, profesora especializada en Yoga para la mujer, embarazo, parto y postparto.