A continuación, os ofrecemos la traducción del artículo que escribió B.K.S. Iyengar sobre Savasana y que fue publicado en la revista Yoga Rahasya en el año 1997.
«El ritmo de la vida moderna es tal que su mantenimiento hace que tomar sedantes sea imprescindible para muchas personas. A medida que el ritmo vertiginoso crece, la tensión se acumula en nuestros sistemas; nuestros nervios se deshilachan y los demacrados retazos de humanidad deben buscar consuelo en forma de sueño narcotizado. Esto es extraño ahora que el hombre tiene todo el tiempo libre a su disposición. Las máquinas han quitado el trabajo pesado de la vida y la semana de 40 horas da al hombre suficiente tiempo para relajarse. El arte de la relajación, sin embargo, se le escapa, y parece ser algo pasado, más allá de lo que puede recordar. La relajación es necesaria, porque es restaurativa. El drenaje de energía debe contrarrestarse de alguna manera.
El arte yóguico de la relajación conocido como Savasana describe con precisión cómo se lleva a cabo la relajación y recuperación. Sava significa cadáver o cuerpo muerto. Asana significa postura. Savasana es por lo tanto la postura que emula la muerte y cómo de la muerte llega la vida. Savasana no es simplemente tumbarse boca arriba con la mirada vacía o dejarse caer sobre un colchón de gomaespuma. Savasana no debería terminar en ronquidos. Es de lejos la asana yóguica más difícil, pero también es la más gratificante y refrescante. Es un método muy preciso para disciplinar tanto el cuerpo como la mente.
El arte de tumbarse para Savasana
Savasana comienza colocando el cuerpo con precisión en el suelo.
El lugar para ello debería ser uniforme, limpio y libre de insectos, sonidos altos y olores nocivos. Extiende una manta o una alfombra sobre el suelo para que el cuerpo pueda recostarse sobre ella. Estas precauciones son necesarias porque un suelo frío o sucio puede molestar la profundidad de la relación.
Después, túmbate sobre la manta con las rodillas dobladas y los pies juntos, de forma que se pueda dibujar una línea desde el espacio donde se juntas los dedos gordos de los pies, donde se junta la zona interna de las rodillas, a través del ano, el ombligo, el esternón, la garganta, el mentón, el puente de la nariz y el centro de la frente. Gradualmente, extender una pierna y después la otra de manera que ambas piernas queden en línea recta en el plano medio. Ambos glúteos deben descansar uniformemente en el suelo a ambos lados del ano. Si una nalga se siente más ancha, coloca las manos en el suelo a cada lado de las caderas y levanta las nalgas para ajustarlas. Deslízate hacia atrás para descansar sobre los codos con las palmas de las manos a ambos lados de las caderas. En esta posición, ajusta los glúteos de nuevo para que se asienten uniformemente a ambos lados del coxis y el ano. Después, haz la columna vertebral convexa y baja el cuerpo, vértebra a vértebra, de modo que toda la columna descansa sobre el suelo por igual y no se incline hacia un lado u otro. Los puntos inferiores de los omóplatos, como los glúteos y las caderas, deben descansar uniformemente en el suelo a ambos lados de la columna vertebral.
Una vez que la columna está colocada en el suelo, dobla los brazos y toca el hombro con los dedos. En esta posición extiende suavemente la parte posterior de la parte superior del brazo hacia el codo de forma que se alarga uniformemente en el suelo. Luego baja las manos al suelo con las palmas mirando hacia arriba, el plano medio de las muñecas descansando sobre el suelo. Los brazos y las manos deben formar ángulos de no más de 15 grados con los lados del cuerpo.
A diferencia del resto del cuerpo, que se ajusta desde atrás, la cabeza debe ajustarse desde delante. Los bebés suelen dormir con la cabeza inclinada hacia un lado. La parte posterior de la cabeza en la mayoría de las personas está mal formada y su centro está desalineado debido a los hábitos de sueño que se formaron cuando eran bebés. Por lo tanto, la cabeza debe ajustarse desde la cara. El mentón debe estar perpendicular al techo y al suelo, mientras que el puente de la nariz debe estar paralelo al suelo. Los ojos deben mantenerse cerrados y equidistantes del puente de la nariz. Deben dirigirse lejos del centro de la frente. Ojos entrecerrados y ceños fruncidos son siempre signos de tensión mental.
Considera cada poro de la piel como un «ojo consciente». Ajuste y equilibre delicadamente el cuerpo desde dentro con la ayuda de estos ojos conscientes, ya que es difícil para los ojos normales observar y rectificar la posición del cuerpo.
Brevemente, todo el cuerpo debe colocarse con precisión en el suelo de modo que las dos mitades del cuerpo queden uniformemente a cada lado de la columna. La atención al detalle y la precisión en la posición del cuerpo conduce al dominio del arte de la relajación. Muy a menudo, el cuerpo se inclina hacia un lado y esta inclinación lateral se experimenta en el lado más fuerte del cuerpo. Varía de persona a persona. En algunas personas, el lado derecho del cuerpo es el más fuerte, en otras, el lado izquierdo del cuerpo es más fuerte. La inclinación se experimenta como una especie de mayor atracción magnética de la tierra hacia el lado más fuerte del cuerpo. Una vez que el practicante sabe cuál es el lado dominante del cuerpo, ese es el lado que ejerce la mayor atracción magnética hacia el suelo. De esta forma se evita la inclinación. Si se produce la inclinación, hay una pérdida de energía en la dirección de la inclinación.
La recuperación es rápida cuando las mitades derecha e izquierda del cuerpo se mantienen uniformemente en equilibrio y la energía se bloquea dentro del cuerpo.
El arte de controlar los sentidos en Savasana
El siguiente paso en Savasana es el control de los sentidos, deteniendo su movimiento hacia los objetos de deseo. Savasana es el descenso del cuerpo y la mente como una unidad dentro de sí misma hacia la fuente de energía dentro de uno mismo. Savasana no es un estado rígido de quietud. Savasana, cuando se realiza correctamente, produce un estado silencioso de quietud que es divino. Es la rendición del ego propio y la conciencia receptiva de la divinidad encerrada dentro de uno mismo. Para lograr este estado, las células cerebrales tienen que descender pasivamente. Las células del cerebro no experimentarán este movimiento descendente si los sentidos no están controlados y no han aprendido a retirarse dentro de sí mismos. La mayoría de nuestros órganos de los sentidos se encuentran en la cabeza. Toda la lucha por el control tiene lugar en el rostro desde la garganta hacia arriba, donde se experimentan las impresiones recogidas por los sentidos. Se dice que Savasana está completo si la respiración, los ojos, los tímpanos y la raíz de la lengua están todos bajo control y relajados. El principiante observará que los párpados parpadearán y los globos oculares se moverán hacia arriba. Estos son signos seguros de que los ojos están tensos y de que el cerebro está siendo perturbado por ondas de pensamiento. La aparición de saliva en la boca y el deseo constante de tragar es un indicio de tensión en la lengua. La tensión en los tímpanos también se puede experimentar como tensión alrededor de los oídos. El principiante debe buscar conscientemente estas tensiones, porque saber dónde existen hace posible relajarlas.
Por lo tanto, desciende y relaja los sentidos. Primero, alarga la parte posterior del cuello hacia la coronilla para que haya una energía ascendente casi invisible a simple vista. Este flujo de energía debe dirigirse hacia abajo desde la parte superior de la nariz, de modo que el puente quede paralelo al techo y al suelo. Al alargar la parte posterior del cuello y descender el puente de la nariz, se debe tener cuidado de que no se produzca un bloqueo de tensión en la barbilla. Para compensar un bloqueo de la barbilla (donde la barbilla se hundiría en la parte superior del esternón), el principiante debe aprender a levantar la barbilla suavemente hacia arriba, de modo que la barbilla forme un ángulo recto con el suelo o el techo. Este movimiento ascendente del mentón debe equilibrar el movimiento descendente del puente de la nariz. De esa forma, se siente una sensación de ligereza en la frente (Lalata Chakra). La cabeza y el cerebro se sentirán livianos y la garganta se sentirá relajada cuando el puente de la nariz y la barbilla se mantengan en equilibrio.
En Savasana, la energía fluye en un movimiento circular desde la parte posterior de la cabeza, bajando por la nariz hacia los dedos de los pies y luego regresando a la coronilla. De esta forma se mantiene el flujo de energía dentro del cuerpo, y se evita la disipación de energía y el consiguiente agotamiento. Esto conduce a una recuperación y refresco más rápidas del cuerpo y el espíritu. Las pupilas de los ojos deben descender pasivamente hacia la parte inferior del esternón (Manas Chakra, que es el centro de las emociones) y por encima del plexo solar (Surya Chakra) una vez que el flujo de energía está correctamente dirigido. Los globos oculares deben hundirse agradablemente dentro de las cuencas. Un globo ocular hundido es un globo ocular relajado, mientras que un ojo sobresaliente revela tensión. El nervio óptico debe ser atraído hacia el centro de las emociones, Manas Chakra, para que en el único «ojo de la conciencia» del alma, los ojos físicos pierdan su identidad. Este «ojo de la conciencia» del alma se encuentra en Manas Chakra.
El tímpano debe mantenerse relajado y el latido de los nervios en las sienes también debe cesar. Los nervios auditivos auriculares y la piel de las sienes deben dirigirse hacia el centro de las emociones. Este movimiento conjunto de los ojos y los oídos se siente como un movimiento tranquilo y frío hacia abajo, que definitivamente es relajante, pero al mismo tiempo los pliegues sueltos de la piel del rostro parecen separarse de la carne debajo de ella. Los dos lados del paladar en la úvula también deben unirse pasivamente. La relajación se experimenta cuando hay encogimiento y sequedad en la boca, especialmente en la úvula y la lengua.
El arte de respirar en Savasana
El control de la respiración es necesario para una buena relajación. La respiración rítmica al principio ayuda a la calma. La inhalación no debería ser profunda sino de una duración normal. Sin embargo, la exhalación debería ser más larga que la inhalación. Durante la inhalación así como la exhalación, las células cerebrales deben descender hacia el centro de las emociones. Este movimiento descendiente es más difícil en la inhalación que en la exhalación. Durante aproximadamente las tres cuartas partes de la duración de la inhalación, se puede experimentar el descenso de las células cerebrales, pero durante la última cuarta parte del período de inhalación hay un ligero movimiento ascendente en dichas células. Este movimiento ascendente debería evitarse. La inhalación refleja el dominio del ego, mientras que la exhalación denota la entrega del ego a la divinidad que nos rodea. La exhalación vacía el cerebro del ego. La rendición del ego en la exhalación se acelera cuando, después de un período de exhalación lenta y suave, ocurre lo que podría describirse como «exhalación en eco». Esta es una exhalación fina y sutil y puede compararse con las notas exquisitamente puras y delicadas de un instrumento de cuerda en las manos de un maestro músico, que parecen resonar suavemente de la nada. Esta “exhalación en eco” vacía el cerebro completamente del ego y produce la retirada de los nervios y sentidos dentro de uno mismo.
La entrega consciente y deliberada del ego es difícil de lograr. Es por eso que los textos de Yoga recomiendan pensar en el nombre del señor (nota aclaratoria: se refiere a la palabra Brahma, lo Universal, sin connotación religiosa) mientras se practica Pranayama. El practicante siente que el curso de toda la energía está entrando dentro de él con cada respiración, mientras que está entregando al Señor su propio aliento vital, su propio ego, cuando exhala. El Sí mismo es conciencia pura. Cuando el cerebro, «el centro intelectual», está activo, la mente se revela como inteligencia. La mente aparece como el Sí mismo en el centro de las emociones cuando el cerebro está perfectamente en calma y el centro intelectual ha logrado la quietud. Aquí uno está recogido y suspendido, vacío pero perfectamente satisfecho, serenamente equilibrado, ni libre ni atado. Hay quietud en la conciencia pura. La conciencia del «yo» se transmuta en conciencia del Creador. Hay estabilidad emocional y humildad mental.
Signos de un buen Savasana
Hay varios signos de un Savasana bien realizado. Algunas indicaciones pueden ayudar al principiante a evaluar la profundidad de la relajación. El yoga no es un juego intelectual. Es un intercambio de experiencias reales. En un buen Savasana hay una sensación de encogimiento de la piel y los músculos, ya que Savasana es después de todo, un movimiento de volcado hacia dentro. Hay al mismo tiempo una sensación de alargamiento de las extremidades y el cuerpo. A veces, este alargamiento se experimenta en la parte superior de los brazos justo por encima de los codos y en los gemelos, justo debajo de las rodillas. En estos cuatro lugares, uno puede experimentar los latidos del pulso en estos lugares, y el equilibrio del cuerpo puede comprobarse observando la uniformidad del latido del pulso. Además, está presente una sensación de estar suspendido sobre una línea delgada de consciencia.
El mejor signo de un buen Savasana es un sentimiento de paz mental profundo y pura felicidad.»
«Savasana es la rendición consciente del ego. ¡Uno se descubre a sí mismo olvidándose de sí mismo!»
B.K.S. Iyengar